El profesorado constituye el elemento más importante para llegar a la eficacia y eficiencia de la enseñanza

Tanto la experiencia como la investigación han confirmado que uno de los factores claves para conseguir una educación de calidad es contar con docentes cualificados.

 

Desde esta perspectiva, una de las prioridades de los sistemas educativos tiene que ser la de mantener e incrementar la calidad de sus docentes.

 

Resulta pues, fundamental, atender constantemente los sistemas de formación inicial y permanente de los maestros y profesores, pero también es necesario conseguir que la profesión docente sea una actividad atractiva para las jóvenes generaciones y de este modo poder contar con los mejores candidatos.

 

Es necesario incidir en la mejora de los procesos de incorporación de los nuevos docentes, asegurando que su formación inicial y la selección respondan a las altas exigencias de su labor profesional.

 

Se tienen que revisar los niveles de formación inicial de los docentes y valorar el grado de ajuste entre sus conocimientos y competencias con las necesidades educativas del colectivo a quien dirigen su tarea.

 

Tenemos que avanzar en un nuevo concepto de carrera profesional docente basado en el estímulo y el reconocimiento de los méritos acreditados, así como en la plena implantación de los procesos de formación inicial y permanentes adaptados a las nuevas necesidades.

 

Se tiene que conseguir que los docentes mantengan una alta motivación a lo largo de toda su carrera profesional, que los buenos profesores se mantengan en ella hasta la jubilación y que consideren la mejora constante en su desarrollo como una condición por el ejercicio de su profesión.

 

Es fundamental incidir en la formación y la capacitación pedagógica del profesorado, diseñando herramientas que permitan medir el nivel de calificación de la docencia y el nivel de sensibilidad a los cambios internos y del entorno.

 

Que el profesorado disponga de más y mejor preparación para poder hacer frente a las necesidades actuales y futuras de la labor docente, con una buena formación, motivado y que desarrolle su trabajo en condiciones óptimas para poder dar una mejor formación a todo su alumnado tiene que ser uno de los objetivos primordiales de la administración educativa.

 

Por otro lado los avances en el sistema educativo necesariamente van asociados a disponer de un profesorado competente, motivado y muy considerado socialmente, en condiciones de adaptar su actuación profesional a las necesidades de sus alumnos y a las exigencias cambiantes de su trabajo a lo largo de su vida profesional.

 

Para conseguir este objetivo es necesario un nuevo acuerdo con el profesorado, en el marco del Estatuto Básico de la Función Pública Docente, que promueva el reconocimiento profesional y social de la labor docente, que garantice un sistema de incentivos salariales y profesionales, y un modelo de promoción profesional que contribuya desde la práctica docente a un compromiso eficaz con la calidad de la enseñanza.

 

Se tiene que actuar teniendo en cuenta el contexto en el que se desarrolla la labor del docente, que tiene que estar asociado forzosamente al reconocimiento de su autoridad y a un mayor reconocimiento social.

 

Especialmente por parte de las familias, fomentando un buen clima de convivencia en las aulas para conseguir que todos los centros sean lugares adecuados para el estudio y el trabajo.

 

La dignificación de la profesión de los docentes es imprescindible para mejorar la educación, por lo tanto se tienen que tomar medidas en referencia a los derechos y deberes de los docentes.

 

Los buenos resultados obtenidos por Finlandia en los informes Pisa de los años 2000 y 2003, han hecho que los expertos estudien cuáles son los elementos que justifican estos excelentes datos y todo el mundo coincide en reconocer que buena parte de su secreto está en la popularidad muy entendida de la carrera docente y de manera especial, en el prestigio social del Maestro.

 

Uno de los problemas que diferentes especialistas han señalado repetidamente en la enseñanza pública española es que, mes allá del punto de honor profesional satisfecho, nadie parece diferenciar “trabajo bien hecho del mal hecho“, cosa que puede desanimar a los entusiastas y dar alas a los campeones del “escaqueo”.

 

Hubo un claro intento de acabar con todo esto, en positivo, es decir, a través de la creación de una carrera docente en la que los buenos profesionales, los que se esforzaban, ascendían más rápido.

 

El tema quedó aparcado varías veces, la negativa de algunos sindicatos una vez más acabó con la idea.
En este momento muchos profesores se encuentran desmotivados por la ausencia de una carrera docente digna de tal nombre y para evitar esto se tiene que diseñar una estructura de carrera docente que motive al candidato mejor preparado.

 

Se tiene que desarrollar una estructura de carrera docente que motive al profesorado a seguir mejorando a lo largo de su carrera, dotando de incentivos a quién más méritos acredite y que permita que asuman más responsabilidades a medida que promocionan.

 

Es fundamental, conseguir que los profesores que consiguen mejores resultados con sus alumnos puedan trasladar estas buenas prácticas más allá de su aula de forma que otros profesores y centros educativos se beneficien de sus aportaciones.

 

Es muy importante el poner en marcha campañas publicitarias por parte de la Administración educativa encaminadas a prestigiar la figura de los maestros y profesores.

 

Aunque la verdadera autoridad no se impone por decreto, sino que se reconoce. Aunque es en la persona misma de quien tiene autoridad donde reside la dignidad, la valía por que se acepte y se reconozca en ella esta autoridad. Se tiene que reforzar la autoridad del profesor de forma que se pueda mantener un nivel de disciplina en las clases que permita a todos los estudiantes beneficiarse de una interacción positiva con el profesor, y que evite situaciones en las que una minoría prive al conjunto de la clase progresar a un ritmo satisfactorio.

 

En esencia, la calidad va inexorablemente unida al docente y a sus funciones; es el fin y son los medios y por lo tanto, en esto radica buena parte de la carrera docente.

 

Todas estas medidas tan necesarias para mejorar la educación se tienen que ver contempladas forzosamente en el nuevo Estatuto del Profesorado docente no universitario que está preparando para su publicación y aplicación el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes y que como dicen los responsables de su redacción tiene que ser unos de los pilares fundamentales de la nueva reforma del sistema educativo.

 

Manuel Monerris Barbera

Diputado del Grupo Parlamentario Popular

Miembro de la Comisión de Educación del Parlamento de las Islas Baleares

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