
Si salva una vida, valdrá la pena (1)
Esta semana han aparecido unas pintadas en las obras de la carretera general en las que se reclama mayor seguridad. Si salva una vida, valdrá la pena. Ya no se trata de ideologías, réditos electorales u otros aspectos que parecen tenerse más en cuenta que lo que realmente importa, el objetivo principal del Consell Insular de Menorca debe ser la seguridad de la carretera, y en eso, no debería haber discrepancias.
Las obras del tramo Mahón-Alaior llevan paradas más de 8 meses porque el equipo de gobierno del Consell Insular de Menorca decidió rescindir el contrato con la constructora, pagar el sobrecoste que exigía la empresa, y empezar de nuevo a redactar otro proyecto (más gastos en redacción de proyecto, dirección de obra, estudios…), por lo que la única manera de asumir la obra, con la inversión prevista, es recortando en prestaciones.
Tenemos una carretera por la que circulan una media de 12.778 vehículos cada día, llegando a picos de hasta 20.000 vehículos durante los meses de temporada turística, y con previsión de aumentar el tráfico en los próximos años, y a la vez, tenemos un equipo de gobierno que toma decisiones sin contar con informes técnicos y respondiendo sólo a una única estrategia, tener a su electorado contento.
El proyecto desechado por la presidenta del Consell Insular de Menorca tenía por objetivo eliminar los giros a la izquierda, reducir la accidentalidad, facilitar las entradas y salidas de las intersecciones que se encuentran en la vía, 67 sólo en el tramo Mahón-Alaior, mantener la fluidez del tráfico y, a la vez, tratar de minimizar el impacto sobre el territorio, pero siempre priorizando la seguridad de las personas.
El proyecto que defiende la presidenta del Consell Insular de Menorca no lo conocemos porque no existe, pero en cambio, sí sabemos, por los medios de comunicación, las rotondas que le gustan y las que no tanto, aquellas que quiere tirar abajo, y aquellas que quiere levantar, sin informes, sin estudios, sin nada que avale sus propósitos.
Ni es serio, ni es riguroso, ni tampoco genera confianza, y más aún, cuando precisamente, viene de aquellos que exigieron, dudaron y confundieron, poniendo en entredicho la palabra de los técnicos que redactaron el proyecto, y a la Comisión Balear de Medio Ambiente.
Necesitamos que quienes nos representan tomen decisiones responsables y de sentido común porque el proyecto de la carretera general sólo puede responder a criterios técnicos y debe tener en cuenta a todos sus usuarios, seguridad ante todo.
Grupo Popular en el Consell Insular de Menorca