Sant Lluís renuncia a conseguir bandera azul para las playas de Binibeca y Punta Prima en 2021

El Grupo Popular considera que es una decisión desafortunada e inoportuna que difícilmente puede justificarse en el ahorro de un insignificante puñado de euros para las arcas municipales.

La portavoz popular Loles Tronch critica la forma de entender la promoción turística y las políticas medioambientales por parte del equipo de gobierno y considera que no participar en las auditorías de calidad ambiental reporta más perjuicio que beneficio.

“Pretender que así se ahorra dinero es tan absurdo como ridículo”, declara la portavoz del Grupo Municipal Popular.

El Ayuntamiento de Sant Lluís renuncia a seguir participando en la convocatoria para obtener la bandera azul en dos de las playas del término municipal que vienen enarbolando este distintivo cada temporada. Punta Prima y Binibeca se han caído ya de la lista de banderas azules de 2021 por el desistimiento acordado de forma unánime entre los miembros del equipo de gobierno.

Lo curioso del caso es que la propuesta procede de la concejal de Medio Ambiente, Estefanía Medina, que ha considerado que no vale la pena aplicar el esfuerzo y hacer la inversión que requiere optar a la convocatoria para obtener el reconocimiento de calidad ambiental de las playas.

El Grupo Popular ha reaccionado con incredulidad e indignación ante lo que considera un despropósito y un desvarío. La portavoz, Loles Tronch, ha ido aún más allá al valorar esta decisión como absurda, ridícula y perjudicial para los intereses del municipio.

El coste de participar en esta auditoria medioambiental y obtener el deseado reconocimiento se concreta en 450 euros por playa (más IVA) y la inversión, básicamente en horas de personal, que corresponda realizar para llevar a cabo cinco acciones de educación medioambiental en el municipio durante un año y el compromiso de mantener las buenas condiciones de calidad y servicio.

Binibeca y Punta Prima han estado en la lista de playas bendecidas por la bandera azul desde 2013.

El Grupo Popular discrepa con rotundidad de la decisión adoptada unilateralmente por el equipo de gobierno sin haber realizado ningún tipo de consulta con el sector turístico ni con el resto de las fuerzas políticas representadas en el ayuntamiento. Tan solo se ha considerado la opinión del coordinador de playas, indica la concejala Loles Tronch. El informe en cuestión elaborado por el técnico interpreta que disponer de banderas azules no aporta valor añadido al término municipal.

Loles Tronch critica también los argumentos que ha esgrimido el equipo de gobierno para llegar a esta decisión y especialmente lamenta que la propuesta haya salido de la titular de Medio Ambiente, Estefanía Medina. “Sólo por su inexperiencia puede explicarse este despropósito”. A juicio del Grupo Popular “o no tienen ganas de trabajar o están absolutamente desorientados sobre la importancia y proyección del turismo”.

Las razones que constan en la propuesta son estrictamente económicas: el ayuntamiento cree que es excesivo pagar 450 euros más iva por playa y el coste de personal que debe realizar cinco acciones ambientalesque se consideran excesivas para el rendimiento que da una bandera azul.

La propuesta de la concejala de Medio Ambiente, ya aprobada por la comisión de gobierno, indica también que aspirar a este reconocimiento antes no tenía coste pero que la entidad gestora aplica estas tasas desde que el Govern balear dejó de abonar un canon a ADEAC.

Loles Tronch remata diciendo que sin duda el perjuicio de arriar las banderas y caer de la lista de las playas excelentes, tiene un coste mucho más elevado que la inversión irrisoria que supone conseguir el distintivo de calidad.  La bandera azul no es sólo un signo externo para lucir sino que supone una insignia que acredita el compromiso y cuidado medioambiental y la calidad de servicios en las playas, ha recordado Tronch.

El municipio de Sant Lluís consiguió las banderas azules bajo gobierno del Grupo Popular, en el año 2013. Para ello fue necesario hacer una serie de mejoras como la instalación de baños públicos, se mejoraron los accesos para personas con discapacidad, se habilitaron aparcamientos para bicicletas y además se instalaron dispensadores de ceniceros para playas. Además se pusieron en marcha acciones de concienciación y colaboración en el cuidado mediambiental como aquella “Antes de recoger la toalla limpia tu metro cuadrado de playa”.

El Grupo Popular pedirá al Ayuntamiento que reconsidere esta decisión y reanude las gestiones para volver a conseguir el marchamo que distingue a dos de las mejores playas de la isla. Loles Tronch no tiene dudas de que “pretender que así se ahorra dinero es tan absurdo como ridículo”.

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