Las “maneras” de Manera

El anterior conseller de Hacienda del Govern, Carles Manera, no ha querido comparecer en el Parlament balear para explicar su gestión al frente de las finanzas públicas de la comunidad. Cual avestruz asustada, ha escondido la cabeza y se ha refugiado en sus libros, en sus clases universitarias y en sus viajes, una vez que ha dejado a la comunidad autónoma en quiebra técnica.

 

Muchos se preguntan si no habría que pedir responsabilidades civiles o penales contra quienes han llevado al precipicio a nuestra comunidad y han puesto en serio riesgo nuestro estado del bienestar. Yo soy de la opinión que no debería salir gratis una actitud tan negligente e irresponsable como la desarrollada en la anterior legislatura. No puede quedarse en una mera responsabilidad política cumplida con el veredicto de las urnas, sino que debería haber otro tipo de responsabilidades. No es posible que alguien pueda arruinar una comunidad autónoma entera, poniendo en peligro la continuidad de servicios tan básicos como la educación o la sanidad, y se pueda ir de rositas sin ni siquiera dar explicaciones ante el Parlament.

 

Y es que Carles Manera tiene el dudoso honor de haber casi triplicado el endeudamiento histórico de la comunidad en apenas cuatro años. De hecho, sólo en el año 2009 se firmaron préstamos por un valor superior a los 1.100 millones de euros. Un endeudamiento que ha multiplicado el pago de intereses y las cuotas de amortización de la deuda. De 2010 a 2011 se ha incrementado un 78% el pago de intereses, pasando de 75 millones de euros en el año 2010 a los 130 millones de euros en 2011. Y las amortizaciones de la deuda han pasado de los 70 millones de 2010 a los 190 millones de euros en 2011 (un 170% de incremento).

 

A pesar de estas cifras, que son auténticas losas pesadísimas sobre las cuentas públicas, no ha habido “manera” de que Manera nos haya podido explicar los motivos de este descalabro económico y los motivos de haber aplicado una política de huida hacia delante, con déficits colosales, incremento exponencial del endeudamiento y aumento del gasto. Manera sigue en su retiro de oro, quizás convertido, como Zapatero, en supervisor de nubes o algo parecido, lejos del ruido y como si la hecatombe económica de la que es el máximo responsable no fuera con él.

 

Otro ejemplo es lo referente al préstamo fantasma de 150 millones de euros que el conseller Manera anunció unos días antes de abandonar su puesto y que, según él, sólo estaba pendiente de firmar, pero del que no existe ningún documento que acredite este extremo. Y no hay manera de que Manera nos explique que sucedió con este préstamo, con quien había negociado, con que banco, con que directivos. Todo es silencio. Y al final, del préstamo, nada de nada. Humo, mucho humo.

 

Tampoco ha querido explicar cómo se permitió, en plena crisis, en el ejercicio de 2010, con una bajada muy importante de los ingresos, que se gastaran 480 millones de euros más de lo que se había presupuestado. O que al terminar su gestión hubiera más de 1.100 millones de euros en facturas pendientes de pago.

 

Ni ha explicado tampoco su falta de interés en recuperar y reivindicar los 240 millones del Fondo de Competitividad que el Gobierno Zapatero nos ha negado, una y otra vez. Un dinero imprescindible con el que se podrían afrontar los pagos a las asociaciones de discapacitados, o a los farmacéuticos, o los viajes de enfermos. Son muchas las preguntas que nos hacemos y no ha habido “manera” de que Manera las haya querido contestar.

 

Carles Manera debería haber ido al Parlament a dar cuentas de su nefasta gestión. Debería haber dado la cara, haber sido valiente y no haberse escondido de su responsabilidad de haber entregado la peor herencia jamás recibida por un presidente del Govern. El peor conseller de Hisenda que no ha sabido acabar su mandato con un mínimo de dignidad. Sr. Manera, estas no son “maneras”.

 

Antoni Camps Casasnovas

Diputado autonómico del Grupo Popular

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