Es un retroceso arrinconar la enseñanza del inglés y el castellano en favor de la imposición del catalán

El Partido Popular de Menorca califica de retroceso arrinconar la enseñanza del inglés y el castellano en favor de la imposición del catalán, tal como han anunciado los partidos que participan directa o indirectamente de la gestión del Govern balear.

Esta medida es un error que tendrá graves consecuencias para los alumnos que están en edad escolar.

El PSOE, con la presidenta Francina Armengol a la cabeza, y la complicidad de la secretaria general de la formación en Menorca, Susana Mora, hace un flaco favor a sus votantes y a la sociedad a la que en teoría debería defender aplicando posturas maximalistas y alejadas de toda centralidad.

No es admisible que a estas alturas, en un mundo globalizado, en una comunidad como la nuestra, donde el turismo es capital, y con otras regiones apostando decididamente por la enseñanza del inglés, que la prioridad de los partidos del Govern balear sea la imposición del catalán por encima de todas las cosas.

Es rotundamente falso que exista un consenso social a favor de la imposición del catalán. El consenso generalizado es la necesidad de que nuestros hijos salgan de la enseñanza dominando a la perfección inglés, castellano y catalán en la modalidad propia de Menorca.

Arrinconar la enseñanza del castellano y del inglés frente a la imposición del catalán es un paso atrás que no nos podemos permitir y del que nos arrepentiremos.

Solo puede justificarse esta decisión desde una posición ideológica y radical de los partidos de izquierdas que han abandonado el interés general para repetir el modelo de confrontación implantado en Cataluña.

Es un error establecer que como máximo únicamente pueda haber dos asignaturas en inglés. Mucho más aún que no se establezca un mínimo razonable para que el objetivo de que nuestros alumnos salgan dominando el inglés no sea una frase vacía. Es imposible que lleguemos al reto, si solo se enseña inglés en la asignatura de inglés como todas las generaciones que han sido educadas bajo este paradigma saben y padecen.

Los indicadores de Menorca demuestran que tenemos mucho trabajo por hacer como sociedad, ya que es un dato paupérrimo que solo el 43% de los centros de Menorca hayan accedido a dar dos asignaturas en inglés, dicho de otra forma, el 57% de las escuelas apuestan por dar el mínimo contenido posible en inglés, decisión de la que se deduce una oposición frontal a la enseñanza del inglés.

Aplaudimos que se incorporen a la enseñanza métodos adicionales al aprendizaje del inglés de forma complementaria a la impartición de asignaturas en este idioma. Eso no es óbice para no incidir en la necesidad de que los niños se desenvuelvan fluidamente en inglés durante toda la etapa lectiva.

Desterrar la enseñanza del inglés y apostar exclusivamente por la imposición del catalán es una medida antisocial que condena a los hijos de las familias con menos recursos a enfrentarse al mercado laboral en desigualdad de condiciones frente a los hijos de las familias que se pueden permitir el lujo de matricular a sus hijos en actividades extraescolares que fomenten el inglés y de enviar a sus hijos a estudiar a comunidades o países donde la enseñanza del inglés no es arrinconada como aquí.

El Partido Popular de Menorca hace un llamamiento a la cordura y al sentido común a los partidos de izquierdas, especialmente al PSOE, y manifiesta su voluntad de pactar un modelo de enseñanza despolitizado y que ponga la enseñanza de los estudiantes en el centro del objetivo frente a posiciones políticas.

A pesar de que el antecedente de la imposición del catalán en la sanidad pública con la complicidad de la presidenta del Consell no invita a la esperanza, el Partido Popular espera que Susana Mora defienda los intereses de todos los menorquines por encima de la subyugación a Més per Menorca y haga valer el peso de Menorca frente a los planes anunciados por el Govern balear.

Es un derecho de familias la capacitación en idiomas de los estudiantes, por lo que no debería discriminarse la enseñanza del inglés y del castellano frente a la imposición ideológica del catalán.

Los menorquines asistimos con preocupación, además, a la creciente pérdida de identidad idiomática, uno de los valores patrimoniales más importantes, frente a la uniformidad del catalán.

Mantener y potenciar la enseñanza del menorquín frente al catalán no debe dejarse de lado en el debate sobre el modelo de la escuela y debería ser tenido en cuenta como una prioridad.

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