Déficit público y sacrificio de los ciudadanos

La situación en que se encontraban las arcas públicas de la comunidad autónoma al principio de esta legislatura es de sobras conocida por todos. Los cuatro años del Pacto de Progreso fueron demoledores para las cuentas públicas y para la iniciativa privada en general.

 

Durante los años de gobierno de izquierdas se triplicó el endeudamiento. Se pasó de una deuda de 1.700 millones en2007 amás de 6.100 millones en 2011. Se consolidó un déficit estructural de más de 1.000 millones de euros anuales, es decir, se gastaban cada año más de 1.000 millones más de lo que se ingresaba. Las cuentas públicas sufrieron un progresivo estado de descomposición que hacía imposible que nuestra comunidad autónoma se pudiera financiar con normalidad, producto de la pérdida total de confianza por parte de las entidades y mercados financieros. Este hecho provocó un aumento exponencial de los impagos a proveedores, pequeños empresarios, autónomos, y también consells y ayuntamientos, llegando a un total de más de 1.600 millones de euros en facturas impagadas al inicio de esta legislatura. Un auténtico despropósito que llevó al cierre a un importante número de empresas y autónomos.

 

Nuestra comunidad, después de cuatro años de gobierno de izquierdas, estaba quebrada. Y no sólo estaban quebradas las cuentas públicas sino que también habían quebrado las economías domésticas. El paro se triplicó. Mientras cada día cerraban 4 empresas, más de 50.000 personas quedaron sin trabajo. El índice de pobreza económica de Baleares aumentó entre 2007 y 2011 en un 288%, según el último informe FUNCAS, pasando de ser, comparativamente, la comunidad que menor índice tenía en toda España, a ser la quinta con el mayor índice de pobreza del Estado.

 

Ante esta situación de emergencia, el Govern tuvo que actuar de forma inmediata aplicando medidas extraordinarias. Era prioritario reducir el déficit y, precisamente por eso, se tuvieron que hacer importantes ajustes económicos y comenzar a aplicar una rigurosa política de austeridad y de control del gasto. Incluso, contrariamente a lo que nosotros hubiésemos querido, el Govern se vio obligado a subir impuestos.

 

Hemos tenido que pedir a los ciudadanos importantes sacrificios para poder reconducir una situación de quiebra técnica, para recuperar la credibilidad y para poner a nuestra comunidad, otra vez, en la senda de crecimiento y de creación de puestos de trabajo. De hecho, hoy Baleares lleva 16 meses consecutivos bajando las cifras del paro y 10 meses creando ocupación neta. Sin duda, hoy, tras esos esfuerzos, ya se ve una perspectiva mejor, se respira otro ambiente.

 

Lo que ha pasado en Baleares es la demostración más clara de que gastar más de lo que se ingresa no sale gratis, que las políticas desnortadas que se llevaron a cabo durante el Pacto de izquierdas han tenido, sobre los ciudadanos, consecuencias terribles. Hemos aprendido que el déficit de ayer, es el aumento de impuestos de hoy. Y esta lección deberíamos tenerla bien grabada en nuestra memoria para no volver a repetir esos mismos errores.

 

En todo caso, los grandes perjudicados de esas políticas hemos sido todos los ciudadanos. Hemos tenido que hacer importantes sacrificios para reconducir la situación de quiebra a la que nos habían llevado esas políticas expansivas de gasto y deuda. Ahora que poco a poco se va despejando el camino, que poco a poco, se están anunciando medidas de reducción de la presión fiscal, es justo reconocer y poner en valor este esfuerzo realizado por la ciudadanía. Un sacrificio que ha sido decisivo para cambiar la tendencia negativa y abrir una nueva etapa de crecimiento y prosperidad.

 

Antoni Camps Casasnovas

Diputat autonòmic del Grup Popular

Portaveu del Partit Popular en la Comissió d’Hisenda i Pressuposts

 

 

 

 

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